“Los más entusiastas hinchas y seguidores del
Gringo Ingo de Totoritas son, a la vez,
odiadores acérrimos de la candidatura del bolivariano,
a quien el fashion emergency y el discurso de con la puntita
nada más parece haberle dado un magnífico resultado".
Las elecciones han tornado un giro poco convencional, dicen. Que es un quíntuple empate, rechinan. Que todo es anomia, ¡descontrol!, que no se sabe quién ganará, que cualquier cosa puede pasar, balbucean. ¡Ay, mamá, diría Fidel Castro, la historia los absolverá! Sospechan los dinámicos historiópatas que no entendieron a Edward Carr ni a Pierre Vidal-Naquet ni, mucho menos, la imagen de la historia pero, cómo no, sí entendieron, y al dedillo, la historia contada y masticada por los grupos de poder, los de siempre, pues. Desde hace días, además, y con el espaldarazo mediático que recibe el candidato norteamericano y los desatinos de los allegados del pseudo partido de la chacana, como el de su presunto Alzheimer, verbigracia; éste, el lobista de la Casa Blanca, ha subido como la espuma. No la vallejiana espuma de la escritura, no –que magistralmente cita Carmen Ollé en su última novela–, sino la de la medianía limeña.
Entre el sida, el cáncer, la cirrosis y el Alzheimer
Como bien lo señala el periodista Christian Manrique en su cuenta de Twitter: “entre el sida y el cáncer, prefiero la cirrosis. bienvenido @atoledomanrique #chauperu” [sic]. El miasma electoral se está tornando tan turbio que, además de elegir entre cruentas enfermedades: ¿Acaso lo haremos, como en el 2006, enfocados hacia el políticamente correcto mal menor?
O quizá, cabría preguntarse, lo que preguntó Santiago Pedraglio el viernes en Peru21 y nos lo recuerda hoy Pedro Salinas en el mismo pasquín: ¿Qué va a suceder si justamente estos dos que están subiendo en las preferencias llegan a pasar a la segunda vuelta?
Siempre habra que encontrar "algo" contra los candidatos.
ResponderEliminarMe interesa saber, a cual de estas enfermedades representarían Ollanta y Keiko?.