domingo, 27 de marzo de 2011

El paroxismo electoral

“Los más entusiastas hinchas y seguidores del
Gringo Ingo de Totoritas son, a la vez,
odiadores acérrimos de la candidatura del bolivariano,
a quien el fashion emergency y el discurso de con la puntita
 nada más parece haberle dado un magnífico resultado".

Las elecciones han tornado un giro poco convencional, dicen. Que es un quíntuple empate, rechinan. Que todo es anomia, ¡descontrol!, que no se sabe quién ganará, que cualquier cosa puede pasar, balbucean. ¡Ay, mamá, diría Fidel Castro, la historia los absolverá! Sospechan los dinámicos historiópatas que no entendieron a Edward Carr ni a Pierre Vidal-Naquet ni, mucho menos, la imagen de la historia pero, cómo no, sí entendieron, y al dedillo, la historia contada y masticada por los grupos de poder, los de siempre, pues.  

Desde hace días, además, y con el  espaldarazo mediático que recibe el candidato norteamericano y los desatinos de los allegados del  pseudo partido de la chacana, como el de su presunto Alzheimer, verbigracia; éste, el lobista de la Casa Blanca, ha subido como la espuma. No la vallejiana espuma de la escritura, no –que magistralmente cita Carmen Ollé en su última novela–, sino la de la medianía limeña.

Entre el sida, el cáncer, la cirrosis y el Alzheimer

Como bien lo señala el periodista Christian Manrique en su cuenta de Twitter: “entre el sida y el cáncer, prefiero la cirrosis. bienvenido @atoledomanrique #chauperu” [sic]. El miasma electoral se está tornando tan turbio que, además de elegir entre cruentas enfermedades: ¿Acaso lo haremos, como en el 2006, enfocados hacia el políticamente correcto mal menor?

O quizá, cabría preguntarse, lo que preguntó Santiago Pedraglio el viernes en Peru21 y nos lo recuerda hoy Pedro Salinas en el mismo pasquín: ¿Qué va a suceder si justamente estos dos que están subiendo en las preferencias llegan a pasar a la segunda vuelta?

jueves, 10 de marzo de 2011

La nece(ci)dad del empresariado en la política

La marca país que tanto pedía el empresariado peruano, por fin, ha visto la luz. Hoy jueves 10 del corriente se ha presentado la marca Perú, a saber:


 
La imagen, además de dar la impresión que está en minúsculas, ostenta una “p” desproporcionada a las demás letras. Esta “p” como bien lo explicó hoy en la mañana el titular del Ministerio de Comercio Exterior y de Turismo, Eduardo Ferreyros, en una radio cercana al Gobierno y que el  El Comercio, diario harto más próximo al régimen de turno, transcribió:  “La letra P hace alusión no solo a las Líneas de Nasca [sic]. El espiral que la forma también lo vemos en Caral y es un símbolo universal de continuidad. Al centro hay una arroba que es símbolo de modernidad y que en un trazo continuo forma la palabra Perú”.

Ya. Es decir que amén de la globalización tenemos que mimetizar nuestra cultura con la cultura extranjera para hacernos más amigables con los otros, que, en cierta medida, son nuestros patrones. Hombre, pero si es una arroba que es símbolo de modernidad.

Ahora bien, el lanzamiento de la marca país se hizo porque, casualmente, hoy se inicia la Feria Internacional de Turismo de Berlín (ITB). Asimismo, mañana el símbolo será presentado en el marco de celebraciones de denominado “Día del Perú” que organiza la Bolsa de Valores de New York. Pues… todo un golazo peruano, ¿eh?, que los más festejarán, los niños pobres ni se enterarán y, claro, el empresariado chileno, primero y el peruano, después, aplaudirá a más no poder.

Esta marca es el triunfo del gran capital hacia la política del país. La marca país es el comienzo del avasallamiento de nuestra política hacia el gran capital en desmedro del nuestro. Es, en suma, el triunfo de un modelo hegemónico que languidece pero que, aún así, todavía puede burlarse de los cegados por una codicia falaz. Qué vergüenza, hasta mi país está limitado por un copyright.

lunes, 7 de marzo de 2011

Quásar / El Misterio del Sueño Cóncavo

I join these words for four people,
Some other may overear them,
O world, I am sorry for you, 
You do not know these four people. 
Ezra Pound




    
 
Tu mano de garra pudo acariciarme la frente;
/pero no lo hizo.
Tus tetas de barro pudieron descolgarse sobre mi rostro;
                                                                        /pero no lo hicieron.
Tu sexo andrógino no se permitió debilidad alguna.
Recorres en silencio el silencio del cuarto
con una cabeza humana entre tus dientes.
¿Dónde está ahora tu cuerpo, pequeño tigre?
Las sábanas de la noche están mojadas de esperma
                                                                /de sangre y de sudor.
Mi miedo es mi brújula y mi miedo, pequeño tigre,
es el centro de tus círculos concéntricos.

Abismo es la distancia entre el arco más alejado
                                                          /de tu asedio
y el mueble punto sobre el que te ciernes.
Sentado sobre el catre blanco trato de replantear
/el Este.
Tus ojos espejo continuaron la senda helicoidal
Y se bebieron toda la luz;
tu tráquea ha sorbido todos los ruidos.
Tu cola sincéntrica ha enlazado todas las distancias.
Abismo es la distancia que nos encuentra, pequeño tigre.
Busco en mis planos la estructura del asedio;
sólo encuentro a Tokyo en la palma de mi mano.
Abismo es la distancia que nos devuelve, pequeño tigre,
a un orden nuevo.

La palabra “real” tomada en sí misma es difícil
                                                               /de comprender.
En viejos ascensores atascados recorrí segmentos
                                                                 /del asedio
¿persiguiendo? Las huellas invisibles de tu paso.
Nada se ve, nada se escucha, oh imbécil amo del silencio,
en este limbo espeso como la brea: todo se siente.
Yo siento el pesado aliento del viaje de tus pómulos,
                                                                      /pequeño tigre.
Huyo al baño para tratar de resolver el asedio.
La toalla inmaculada pende de un gancho de aluminio
desplomándose como una catarata detenida.
                                              
Me miro en el espejo, hace demasiado calor,
                                                      /y me pregunto:
“¿Es esto real?”

Saco mi lengua reseca y mi lengua, pequeño tigre,
lame la pelambre regular de tus lomos;
                                                   /sin tocarte.
Eres bajo una forma de ser
que toda mi experiencia anterior me dice que no es.
Eres igual a mí pero vacío.
Y sin embargo eres costumbre cuerda nudo asombro alisio.
si en realidad habitas mi páncreas, mi hígado y mi recto.
De cara al espejo entiendo la geografía de tu asedio,
pequeño tigre, la nomenclatura de tus esferas.
Yo soy la duda y el que duda.



Existe un lenguaje sin género ni número,
sin caso ni tiempo ni modo, sin activa ni pasiva.                                              
El nombre del lenguaje está inscrito en signos binarios,
Con largos fémures bajo la forma de pequeños rabitos.
Ninguna realidad está debajo de ese lenguaje;
sus palabras no mencionan objeto alguno.
Con ese lenguaje construyo el abismo que nos encuentra,
                                                                  /pequeño tigre.
Mis sonidos se sustentan en el error,
tus movimientos circulares son la naturaleza del cortejo.
Sigues siendo, pequeño tigre, sigues rodando.
Sigues burlándote de mi grosera semiología, sigues girando.

Mi cuerpo volvió a sentir la torpe necesidad de la colcha.
Dejé el baño; cerré la puerta; regresé al catre (blanco).
Un lago obscuro se eleva sobre sí mismo
levantándose en espiral desde el centro de un ruido.
Capas sucesivas y tibias comenzaron a desprenderse
                                                                    /de las superficies del lago
desplazando el oxígeno, invadiendo cada zona del cuarto.
Un violento olor me sumergió adentro
por los canales discontinuos de la metástasis. . .
. . .
Has meado, pequeño tigre:
¿es ésta la señal de tu permanencia?


Tendido de cara al techo imagino la curvatura
                                                                    /del asedio.
Intento reconstruir la historia con un juego de espejos
colocados en un solo tiempo.
Un sueño es un acto de inteligencia.
Vagas y obscuras formas comienzan a delinearse
con la misma irregularidad limítrofe que la de la costa
                                                                           /y el mar.
Ya no me muevo;
el cansancio y el sudor han tomado por asalto mi cuerpo.
El abismo se colma; los espejos ya no refractan;
ubres umbilicales interpretan las geometrías.
Mi tacto y mi olfato fundarán el universo.

Tu cuerpo, pequeño tigre, se tiende sobre el catre
                                                                           /junto a mi cuerpo.
Mis uñas raspan desde el temor los cursos laterales
                                                                     /de tus lomos;
viejas cicatrices se abren paso entre mis dedos
dejando una estela segura.
Zonas gélidas, zonas tórridas, se suceden en transición.
Ya no hay delante, debajo, encima ni detrás;
sólo permanece el entre, llenándose y vaciándose,
siguiendo el ritmo de las branquias de la noche.
La esperma, la sangre y el sudor suplantan al catre.
Aparecen los falos.
Monte sobre trueno; viento sobre viento; trueno sobre
                                                                             /fuego.

Yo siento tu falo, pequeño tigre, horadando mis cavidades;
                                                                                    /devastando.
Continuando un movimiento natural que nos contrae
adentro, adentro, hasta las arcaicas simas.
Mi temor encuentra un nuevo espacio:
temo que mi falo te aniquile, pequeño tigre.
Ese nuevo espacio es falso; no hay espacio.
No tengo aire; tu aliento lo trasforma todo en azogue;
                                                                            /no tengo aire.
Mi falo se eleva sobre sí mismo
iniciando un viaje esférico que lo resume todo
(el espejo, el abismo, el lenguaje, el baño)
en un solo movimiento.
Y al final de su recorrido la redonda morada apareció
                                                          /en su exacta ubicación:
mi falo perforó hasta tu último quark.

Todos los sentidos convergieron; todos los movimientos.
Un viento huracanado revolvió el cuarto
girando en torno al eje de la doble cópula.
Por primera vez te veo, pequeño tigre;
tendido, extenuado, hermoso y limpio.
La noche comienza a perder densidad.
Tu cuerpo comienza a perder consistencia.
Un irreparable orden ha quedado suspendido en la
                                                                /trastienda.
Hemos engendrado, pequeño tigre, la miseria de una
                                                             /metáfora útil.




lunes, 1 de noviembre de 2010

Lo feo y el Otakufest

Se ha realizado la tercera entrega del Otakufest en Lima. ¿Y qué tiene eso de trascendental además y todavía? Nada, ciertamente. Este año, empero, –y, ostensiblemente los dos primeros– se ha hecho una oda desmedida a la fealdad, a lo feo, si acaso a lo ridículo:



Es bueno saber, y ellos lo saben y bien, que lo feo, lo ridículo no es punible.

¿Es que acaso estoy despotricando al cosplay? No, no. Solo despotrico lo ordinario por no decir lo ridículo ni, naturalmente, lo feo.

La basura, como dice Denegri, es adorada por las mayorías, por la prensa talibán y los jóvenes crédulos amén de los poetas de lo cochino. Y no solo es adorada sino que además se hace necesaria, ya que los más se acostumbran a ella. Los más, pues, aman la basura.

Yo, a diferencia de él, no solo no hubiera ido por amor propio sino hubiera quemado esa entrada de cortesía en algún basural cercano. Ah, no, pero si el Otakufest es la fiesta por antonomasia de toda la frikada limeña.

Umberto Eco en Historia de la belleza (2004) y en Historia de la fealdad (2007) nos da aproximaciones a los cánones de belleza y fealdad a lo largo de historia que deben ser entendidos ora por el momento histórico, ora por la estética hegemónica.



Al parecer, pues, los cánones de belleza de los participantes del Otakufest son muy limitados, si acaso existen. Y ha sido visitada por miles de jóvenes. Hombre, algo está mal en el país.

Y, claro, no podían faltar los que no saben escribir, principalmente, tildar:

Quiso escribir, sospecho: “Cristina eres todo para mí. Recuérdame”.

Y, adelantándome al nuevo ensayo vargaslloseano, interrumpido por el Nobel:

 La cultura del espectáculo

Que es como yo entiendo a este tipo de eventos imitadores, por lo demás,  a los que ocurren en el país del norte o el del sol naciente. A mí me gusta el animé, algunos, claro, la música japonesa –principalmente grupos underground o de alta calidad–. No me gusta, en cambio, el pop japonés ni el ridículo. Y como dice Chomsky en sus Las diez estrategias de manipulación mediática: Estimular al público a ser complaciente con la mediocridad. Promover al público a creer que es moda el hecho de ser estúpido, vulgar e inculto… Eso, añadiría yo, fue el Otakufest de este año.

sábado, 9 de octubre de 2010

El Nobel de Borges


Mario, recostado en la cama, leía con la fruición de los primeros días El Reino de este mundo, de su amigo Carpentier. Ya se había levantado hacía una hora y, como todos los días, se había puesto a leer algo, antes de trabajar. Estaba escribiendo una nueva novela.

–Ha llamado un señor en inglés. Quiere hablar contigo. –Dijo Patricia, que había entrado inesperadamente a la habitación. Lucía medio agitada.

–¿A esta hora? ¿No es muy temprano acaso?

–Dice que es de la Swedish Academy.

Mario sintió un escozor en la garganta. Será acaso que… Rápidamente recordó a  Moravia. A los enemigos y a los jóvenes siempre les gusta gestar bromas de mal gusto, será por su inepcia o su…

El “ring-ring” del teléfono resonó en la pieza neoyorquina. No pudo terminar la idea. Patricia no quería alarmarse, solo miraba a su marido, firme, como siempre. Mario, que no había oído las primeras  timbradas del aparato, ahora le parecía una ópera macabra, como de terror. Rápidamente fue a contestar.

–¿Aló? –Resopló en perfecto inglés.

–Soy Peter Englund de la Swedish Academy. Usted ha ganado el premio nobel de literatura 2010. Podrá comprobarlo en diez minutos. Será anunciado en la televisión e internet.

Eran las seis menos diez en Nueva York. Las cinco menos diez en el Perú, el país natal de Mario y Patricia. A las cinco de la mañana del 07 de octubre Morgana Vargas Llosa, en Lima, no podía contener su alegría, saltaba, literalmente, en la cama, como todos en la casa barranquina: su padre, por fin, había obtenido el Nobel. Buena manera de comenzar el día, pensó.

Lo que sigue es historia –conocida–.




Ahora bien, diversos diarios de la capital festejaron esta noticia el día viernes. Y no solo de la capital, sino de la mayor parte del globo. Y claro, El Comercio lo puso en portada. Este diario, El Decano, como lo apodan, publicó ese día –viernes– diversas apreciaciones de reconocidos amigos del mentado novísimo Nobel y de escritores varios, latinoamericanos, algunos; españoles, los otros. Empero, hay una columna que encuentro excesivamente deliciosa: la del co-director del mentado diario que alguna vez Hildebrandt apodara de “papelote” y González Prada vituperara a propósito de las propagandas y los ataques: Francisco Miró Quesada Cantuarias. A esta guisa,  débese tener una account en El Comercio online para acceder al link o, en su defecto, leerlo desde mi site.

Por otro lado, uno de los tantos anexos de El Comercio, el flamante Peru21 y el mismo “papelote”  se han puesto muy grandilocuentes con el “desliz cultural”, como ellos mismos lo tildan, de Vicente Fox, ex presidente de México y lector principiante, cometió, muy de mañana del día jueves, a propósito del Nobel peruano en su cuenta de twitter: “FELICIDADES MARIO, LA HICISTE! YA SON TRES BORGES, PAZ Y TU” (sic). Véase El Comercio y Perú21.

Es natural, pues, una engañifa de tamaño miguelangelesco en una persona tan poco iniciada en esta, en palabras vargasllosianas, orgía perpetua, que no es sino el quehacer literario en general y el leer novelas en particular, como Fox Quesada. Empero, si es que repararon en leer el artículo antes citado de Miró Quesada, habrán reparado en un yerro muy similar al del señor Fox.

Si no, paso a citar el error:

“El hecho de haber recibido el Premio Nobel tiene una singular importancia para el Perú. Otros países de América Latina, como Argentina, Colombia y Chile tienen escritores que han recibido el Premio Nobel. Por eso el hecho de que Vargas Llosa lo haya obtenido tiene una enorme importancia pues nos libera de cierto complejo de inferioridad literaria.”

Por Argentina, ¿se referirá, el señor Miró Quesada, a que Borges, como bien lo dijo el propio Vargas Llosa, merecía el Nobel? ¿O será acaso que el también filósofo no lee su propio periódico?

Pasemos revista a los premios Nobel de literatura de América Latina:

1945: Gabriela Mistral, Chile.
1967: Miguel A. Asturias, Guatemala.
1971: Pablo Neruda, Chile.
1982: Gabriel García Márquez, Colombia.
1990: Octavio Paz, México.
2010: Mario Vargas Llosa, Perú.


Ahora bien, es harto sabido que Borges debió merecer el premio Nobel. Sin embargo, no fue así.

A esta guisa, me pregunto, ¿es acaso válido que el co-director de un diario cometa un error, como lo puede cometer cualquiera, pero que pase desapercibido por los diarios que regenta por ser éste el mandamás? ¿O es que acaso Vicente Fox y Miró Quesada Cantuarias se pusieron de acuerdo para otorgarle el premio Nobel a Jorge Luis Borges? ¿Es tanta la bienquerencia de estos dos señores por el también vate argentino?

Al parecer, sí.


CODA

No es la primera vez que El Comercio permite errores de esta naturaleza. Mario Aurelio Denegri, hace unos meses, denunció, en su programa La función de la palabra, que se emite todos los miércoles a las 10 pm en TVPerú, un error de este tan antiguo diario: tergiversar a la Mazamorra de cochino como Mazamorra cochina. Sabe Dios cuántos otros yerros no comenterá tan serio diario, que se traspapela para los anaqueles históricos, olvidados, siempre.

lunes, 4 de octubre de 2010

Ganó Villarán, Aldito


La izquierda universitaria, la izquierda contestataria, la izquierda moderada ganó ayer en Latinoamérica. En el país y en el Brasil. Los conservadores y los confusos, los medrosos y los crédulos, algunos “chéveres y comunes” vivirán de cara a una realidad distinta, diferente, racional, moderada. Fukuyama se volvió a equivocar, la historia no ha muerto, sigue en pie, vivita y coleando. Se llama Susana Villarán en el país, se llama Dilma Rouseff en el Brasil –y se pudo llamar Antánas Mockus en Colombia–. Yo puedo decir, con fruición, que fui parte de este cambio. Voté por Villarán, no hice caso a la prensa  de siempre, no hice caso a los conservadores de siempre, a los chinos viejos, a los huevos quemados, a los corazones fujimoristas: voté por el cambio sindical no radical. Ahora la prensa de sesgo parcializado hacia una candidata, la de los ricos, dicen, está cautelosa, Alan García está preocupado; y, Castañeda, ninguneado.

Aldito le atribuye el triunfo de Susana al implícito espaldarazo del pastor Lay. Éste, presume Mariátegui, le quitó votos a Lourdes. Ya que si Lay se hubiera retirado a tiempo, Flores Nano hubiera captado esos votos de ortiga y con eso se hubiera –¿otra vez fantaseando Aldito? A ti que te gusta la historia deberías saber que en esta ciencia no se puede andar especulando por ahí, ah, es que tú eres abogado, pues, digo, periodista, ¿no?– impuesto ante Villarán –curiosamente, Aldito ya no enmascara el apellido de Susana con el de Caviarán, ¿qué pasó Aldito? ¿Te da miedo meterte con el poder hegemónico ahora que los que están ahí ya no son tus amigos? Hombre, qué poca hombría. ¿O es que los palos y las pifias que te llovieron ayer de don Bayly te amedrentaron? Ya sabes cómo es Jaime de poderoso en el canal donde laboras cada mañana, tan esmerado tú, será que ya no te alcanza para la educación de tu hijastro… Las especulaciones te las dejo a ti. Con eso te ganas la vida.